Monday, December 27, 2021

Christmas 2021

Hope you all had a wonderful Christmas in your neck of the woods. We have been enjoying our stay with Daniel’s brother, Roberto and family in Rocha and La Paloma. It was a short trip, from December 23rd to December 27th but soooo sweet. Daniel’s mother is as spank as ever! Daniel’s sister also was visiting from Brazil. Today we woke up in Montevideo and soon we’ll go back to Buenos Aires. 

 

Yesterday, I was asked to give a talk in La Paloma, (a small branch of a few members where Roberto is the leader.) This was my talk, is in Spanish. 

 

“Los tres niveles de la Navidad”

 

Estoy feliz de estar frente a ustedes y que juntos participamos de la Santa Cena. Nunca voy a olvidar cuando visite Tierra Santa con mi mama y entramos a un lugar que fue donde se supone que Jesucristo por primera vez introdujo lo que hoy se conoce como Santa Cena para que lo recordáramos siempre. Recuerdo que al ver ese lugar tan especial sentí una corriente desde la cabeza hasta los pies que me testifico que eso realmente sucedió. No tengo duda que el Señor está complacido con cada uno de ustedes que tomaron el tiempo de asistir a Su Iglesia esta mañana, especialmente en un tiempo tan especial Navideño. 

 

La Navidad por lo general se celebra en todo el mundo, independientemente si las personas son creyentes en Jesucristo, o no.  Mi hermana me comento que cuando visito la India justo para una navidad, las personas allí también lo celebraron de una forma especial, con vestiduras bellas con telas especiales muy propias de aquel tiempo. Ellos festejan con lo mejor que tienen. 

 

La primera etapa de navidad, se define como la etapa de Santa Claus, es cuando la gente se pone a decorar sus casas, y la adorna con luces. Pone el árbol navideño con muchos regalos a su alrededor porque ¿a quien no le gusta recibir regalos? Cada rincón de la tierra celebra de esta manera un podo superficial pero alegre. 

 

La segunda etapa de la Navidad se enfoca en la historia del Nino Jesús, María y José. Es cuando leemos Lucas 2 y hasta hacemos la dramatización con nuestras familias. Es poner los pesebres que hemos coleccionado durante la trayectoria de nuestra vida para mostrar. Yo recuerdo cuando niña como mi mama tenía un pesebre de toda la ciudad de Belén que abarcaba tres metros porque lo ponía en el espacio debajo de unas gradas y cada año agregaba algo nuevo. Los amigos que nos visitaban se admiraban de lo completo que estaba. La navidad en mi casa giraba alrededor del nacimiento del niño Jesús. 

 

La tercera etapa es la más profunda porque es cuando lo recordamos como adulto. En esta etapa hacemos las cosas que él hubiera hecho. Él nos dio su ejemplo a seguir. La iglesia por los últimos cinco años nos ha invitado a participar en la campaña de “Iluminar al mundo” en el cual se nos invita para participar en actos de caridad como una forma de recordarlo. Se nos pide que hagamos cosas como: Expresas amor a nuestros padres, hacer algo para compartir, convocar a la familia a un zoom, invitar a un vecino a la Iglesia un domingo, compartir una receta navideña, buscar en Family Search a un antepasado, dar una oración y hacer un ayuno como regalo al Señor, leer en lucas 2, compartir una escritura favorita. La mía se encuentra en Helaman 5:12 “Y ahora bien, recordad hijos míos, recordad que es sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios, donde debes establecer vuestro fundamento, para que cuando el diablo lance sus impetuosos vientos, si, cuando todo su granizo y furiosa tormenta os azoten, esto no tenga poder para arrastraros al abismo de miseria y angustia sin fin, a causa de la roca sobre la cual estáis edificados, que es un fundamento sobre el cual, si los hombres edifican no caerán. Bueno, en fin, a mí me encanta participar de la iniciativa de la Iglesia de Ilumina al mundo como parte de mi tradición como miembro de la Iglesia.

 

Recuerdo que El presidente Hunter dió un discurso en el cual dijo: “En esta navidad den por terminado un pleito alterado… Busquen a un amigo olvidado…dejen a un lado el recelo y reemplácelo con confianza…escriban una carta…compartan un tesoro especial …den una respuesta amorosa a quien no se lo espera…animen a la juventud…manifiesten su lealtad en palabras y hechos…guarden una promesa…busquen dar de su tiempo a los demás…apártense del rencor…perdonen a un enemigo…pidan perdón…traten de comprender y remuevan de su corazón el odio y el perjuicio…En esta navidad escuchen más…analicen vuestras exigencias para con otros…piensen primero en la otra persona…sean amables…sean gentiles…sonrían un poco más…no se tomen muy en serio y ríanse más…asistan a la iglesia…expresen gratitud, reciban con alegría a un forastero…alegren el corazón de un niño…regocíjense en lo bello y maravilloso de esta tierra…junte a su familia para compartir del espíritu navideño…en esta navidad renueve su fé…dele la bienvenida a un extraño…Dele animo al corazón de alguien decaído…envuelva menos regalos y cante las canciones navideños más…en esta navidad arrepientense de un pecado…envíen un regalo a alguien en forma anónima…visite a un amigo…ayude a un vecino quien tiene alguna necesidad…lea a sus hijos las narraciones navideñas... lea el libro de Lucas y memorise con ellos la natividad…expresen su amor en palabras una y otra vez. Si hacemos esto todo el mes de diciembre cuando lleguemos al 25 de diciembre habremos experimentado el verdadero espíritu de la navidad” y en breve eso es lo que ilumina al mundo quiere que hagamos cada año. Que llevemos la navidad al tercer nivel! 

 

En ven sígueme para esta semana de navidad se nos pidió que leyéramos el Cristo Viviente. Esto es lo que dice el manual:

 

Una manera de centrar sus pensamientos en el Salvador esta Navidad es estudiar “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”. Esta reseña sugiere formas en las que puede hacer de ese testimonio profético parte de su estudio personal y familiar del Evangelio.

 

En 1838, el profeta José Smith declaró: “Los principios fundamentales de nuestra religión son el testimonio de los apóstoles y de los profetas concernientes a Jesucristo: que murió, fue sepultado, se levantó al tercer día y ascendió a los cielos; y todas las otras cosas que pertenecen a nuestra religión son únicamente apéndices de eso” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, págs. 51–52). Años más tarde, el presidente Russell M. Nelson observó que “[f]ue esta declaración del Profeta la que incentivó a 15 profetas, videntes y reveladores a publicar y firmar su testimonio para conmemorar el aniversario número 2000 del nacimiento del Señor. Ese testimonio histórico se titula ‘El Cristo Viviente’. Muchos miembros han memorizado las verdades que contiene; otros apenas saben que existe. A medida que procuran aprender más acerca de Jesucristo, los insto a estudiar ‘El Cristo Viviente’” (véase “Cómo obtener el poder de Jesucristo en nuestra vida”, Liahona, mayo de 2017, pág. 40).

En calidad de Santos de los Últimos Días, nos regocijamos en la bendición de la revelación continua por medio de profetas y apóstoles modernos. Agradecemos sus palabras inspiradas de consejo, advertencia y ánimo; pero sobre todo, somos bendecidos por sus potentes testimonios de Jesucristo, en Navidad y a lo largo del año. Representan más que solo palabras conmovedoras de escritores u oradores hábiles, o perspectivas de expertos en las Escrituras. Son las palabras de los “testigos especiales del nombre de Cristo en todo el mundo” (Doctrina y Convenios 107:23), a quienes Dios ha elegido, llamado y autorizado.

 

Como parte de mi celebración navideña, yo voy a memorizar la proclamación del Cristo Viviente el cual dice: 

 

Al conmemorar el nacimiento de Jesucristo hace dos milenios, manifestamos nuestro testimonio de la realidad de Su vida incomparable y de la virtud infinita de Su gran sacrificio expiatorio. Ninguna otra persona ha ejercido una influencia tan profunda sobre todos los que han vivido y los que aún vivirán sobre la tierra.

 

Él fue el Gran Jehová del Antiguo Testamento y el Mesías del Nuevo Testamento. Bajo la dirección de Su Padre, Él fue el Creador de la tierra. “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3). Aun cuando fue sin pecado, fue bautizado para cumplir toda justicia. Él “anduvo haciendo bienes” (Hechos 10:38) y, sin embargo, fue repudiado por ello. Su Evangelio fue un mensaje de paz y de buena voluntad. Él suplicó a todos que siguieran Su ejemplo. Recorrió los caminos de Palestina, sanando a los enfermos, haciendo que los ciegos vieran y levantando a los muertos. Enseñó las verdades de la eternidad, la realidad de nuestra existencia premortal, el propósito de nuestra vida en la tierra y el potencial de los hijos y de las hijas de Dios en la vida venidera.

 

Instituyó la Santa Cena como recordatorio de Su gran sacrificio expiatorio. Fue arrestado y condenado por acusaciones falsas, se le declaró culpable para satisfacer a la multitud y se le sentenció a morir en la cruz del Calvario. Él dio Su vida para expiar los pecados de todo el género humano. La Suya fue una gran dádiva vicaria en favor de todos los que habitarían la tierra.

 

Testificamos solemnemente que Su vida, que es fundamental para toda la historia de la humanidad, no comenzó en Belén ni concluyó en el Calvario. Él fue el Primogénito del Padre, el Hijo Unigénito en la carne, el Redentor del mundo.

 

Se levantó del sepulcro para ser las “primicias de los que durmieron” (1 Corintios 15:20). Como el Señor Resucitado, anduvo entre aquellos a los que había amado en vida. También ministró entre Sus “otras ovejas” (Juan 10:16) en la antigua América. En el mundo moderno, Él y Su Padre aparecieron al joven José Smith, iniciando así la largamente prometida “dispensación del cumplimiento de los tiempos” (Efesios 1:10).

 

Del Cristo Viviente, el profeta José escribió: “Sus ojos eran como llama de fuego; el cabello de su cabeza era blanco como la nieve pura; su semblante brillaba más que el resplandor del sol; y su voz era como el estruendo de muchas aguas, sí, la voz de Jehová, que decía:

 

“Soy el primero y el último; soy el que vive, soy el que fue muerto; soy vuestro abogado ante el Padre” (D. y C. 110:3–4).

 

De Él, el Profeta también declaró: “Y ahora, después de los muchos testimonios que se han dado de él, éste es el testimonio, el último de todos, que nosotros damos de él: ¡Que vive!

 

“Porque lo vimos, sí, a la diestra de Dios; y oímos la voz testificar que él es el Unigénito del Padre;

 

“que por él, por medio de él y de él los mundos son y fueron creados, y sus habitantes son engendrados hijos e hijas para Dios” (D. y C. 76:22–24).

 

Declaramos en palabras de solemnidad que Su sacerdocio y Su Iglesia han sido restaurados sobre la tierra, “edificados sobre el fundamento de… apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:20).

 

Testificamos que algún día Él regresará a la tierra. “Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá” (Isaías 40:5). Él regirá como Rey de reyes y reinará como Señor de señores, y toda rodilla se doblará, y toda lengua hablará en adoración ante Él. Todos nosotros compareceremos para ser juzgados por Él según nuestras obras y los deseos de nuestro corazón.

 

Damos testimonio, en calidad de Sus apóstoles debidamente ordenados, de que Jesús es el Cristo Viviente, el inmortal Hijo de Dios. Él es el gran Rey Emanuel, que hoy está a la diestra de Su Padre. Él es la luz, la vida y la esperanza del mundo. Su camino es el sendero que lleva a la felicidad en esta vida y a la vida eterna en el mundo venidero. Gracias sean dadas a Dios por la dádiva incomparable de Su Hijo divino.

El documento fue firmado por los miembros de la Primera Presidencia y los Doce Apóstoles que ya la mayoría han regresado en la presencia del Señor. 

 

Para terminar, leeré del último mensaje que nos dijo el Presidente Nelson en la conferencia de Octubre 2021. 

 

Los amo, queridos hermanos y hermanas. Sé estas verdades: Dios, nuestro Padre Celestial, quiere que ustedes elijan volver a casa con Él. Su plan de progreso eterno no es complicado y respeta el albedrío de ustedes. ¡Son libres de elegir quiénes serán —y con quién estarán— en el mundo venidero!

 

¡Dios vive! ¡Jesús es el Cristo! Esta es Su Iglesia, restaurada para ayudarlos a cumplir su destino divino. Testifico de ello, en el sagrado nombre de Jesucristo. Amén.


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